Desde
cerca de la mitad del siglo XIX, las familias de Buenos Aires
que sumaban acaudaladas sumas de dinero, con el fin de aprovechar
la vegetación, las grandes barrancas y el río, los cuales son emblemas
propios de la Zona Norte, empiezan a construir su casa de veraneo.
Es
por eso, que en el año 1892 José Antonio Trabucco decide comprar
un predio de 10 hectáreas en la localidad de Florida, barrio que en por
aquel entonces ya formaba parte del partido de Vicente López, como
lugar para descansar “bien lejos” del aquel ruido de la Capital Federal.
Ya
en 1900 se levanta la casa, la cual arquitectónicamente hablando
pertenece al estilo neoclásico característico de esa época con detalles
italianos, por lo tanto se le encarga la construcción de un parque al
paisajista Luigi Mendaro y posteriormente se agrega un rancho para el
grupo de 7 peones que vivían allí, los cuales se encargaban de cuidar
la huerta, gallinas, árboles frutales, patos, cerdos, ovejas y alguna que
otra vaca y por tal motivo la familia Trabucco aprovechaba los bienes
de consumo que le daban aquellos animales que había en la quinta.
Por
otra parte, la ya mencionada casa tenía canchas de bochas y tenis,
pileta de natación e incluso caballos blancos de tiro, los cuales fueron
“famosos” en los distintos Carnavales que había en aquel entonces.
Su
primer dueño fue Don José Antonio Trabucco, quien se encontraba
casado con Ana Viglione, con quién tuvo 3 hijos: Delia Ana, Zulema
y Alberto. Por lo tanto, en homenaje a la hija mayor del matrimonio,
es que la quinta en sus primeros años de vida, se llamó “Villa Delia”.
También
es importante destacar que dicha casona fue testigo
de infinidades reuniones literarias y musicales, además una
gran cantidad de casamientos de los integrantes de la familia.
Luego,
en el año 1939, una vez ya muerto J. A. Trabucco, su esposa
dona el casco de la quinta a la Municipalidad de Vicente López, para
que ésta lo convierta en un paseo público, hecho que recién tuvo lugar
una vez ya fallecidos los hijos del matrimonio, que solamente tuvieron
una única nieta llamada Nélida, la cual era hija de su hija mayor Delia.
Finalmente,
a modo de conclusión se puede decir que una vez ya había
fallecido Alberto Trabucco es que el municipio empezó con el proceso
de restauración de la quinta en sí, para poder convertirlo en uno de los
Centros Culturales más importantes de Vicente López y de la zona norte.
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